El territorio

El territorio histórico sobre el que se centra esta publicación se localiza en la parte oriental de la provincia de Guadalajara y, en la actualidad, en el extremo nororiental de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. Tiene una extensión de 2.624 km2 y en él quedan incluidos ochenta y dos núcleos de población históricos (todos ellos tuvieron rango de municipio en un momento u otro), si bien en la actualidad se encuentran reducidos a cincuenta y dos ayuntamientos y una pedanía, Villar de Cobeta, anexionado a Zaorejas, villa esta que fue de la Tierra de Cuenca. Desde luego, a lo largo de la historia conocida del territorio, y dentro de las mismas fronteras, el número de lugares poblados, lógicamente, ha variado, y previsiblemente lo seguirá haciendo en las próximas décadas, disminuyendo, si no cambian las tendencias demográficas.

Orografía

Desde el punto de vista geográfico el territorio se ubica en el sector central de la rama castellana del Sistema Celtibérico, cadena montañosa que, acaso por su altitud media (menos de 900 m), y por tratarse de una sucesión de macizos y sierras en su mayor parte arrasados y amplias fosas y altiplanos interiores, se presenta como una singular área que se aleja un tanto del estereotipo de montaña, si bien es indiscutible que de esto se trata. De este modo, el Señorío de Molina se ubica en una de estas habituales transiciones entre un área montuosa y otra de paramera, dispuestas siguiendo la orientación SE-NW, típica de la Cordillera a la que pertenece. Así, encontramos un área meridional montuosa en la que las altitudes llegan a superar los 1.880 m. de altitud en el extremo SE, concretamente en el término de Orea (Peña de la Gallina, 1885 m.).

La nómina de montes que superan los 1.800 metros no es demasiado extensa, pero en ella se pueden mencionar el Alto de San Cristóbal (1.862 m), el Alto de los Morrones (1.861), también en Orea, y el Alto de las Neveras, entre Orea y Alustante (1.833). Hacia el sur, oeste y noroeste, las altitudes van descendiendo a los 1.798 m del Cerro Palillo Alcoroches; los 1.700 m del Cerro de la Ribagorda, en Peralejos, o El Pinillo, entre Piqueras, Alcoroches y Alustante (1.649 m).

Este sector se corresponde, grosso modo, con lo que tradicionalmente se ha denominado la Sierra de Molina. Se trata de un corónimo que, si bien en las últimas décadas ha declinado en favor de otras designaciones, históricamente llegó a rebasar lo estrictamente político para convertirse en una denominación geográfica. Así, en el siglo XVIII, Orihuela del Tremedal (en aquel momento Orihuela de Albarracín o de Aragón), era situada por el canónigo de Albarracín. D. Francisco Lorente «a la deliciosa verde falda de la Sierra de Molina, tierra de las más altas de las que hay en España, pues en ella muchos y de los más hermosos ríos que la enriquecen y fecundan nacen a poca distancia de dicha Sierra»[1]. Más adelante, en 1882, se vuelve a encontrar esta misma denominación en un documento técnico de descripción de la dehesa Cocera de Peralejos, la cual se localiza «en una pendiente ladera que da al Tajo, última estribación de la Sierra de Molina, que viene de Alustante y Orea y pasa por Checa»[2].

En el extremo más meridional de este sector se extiende el altiplano de Sierra Molina, el monte más apreciado del Señorío a lo largo de su historia; en el interior de este triángulo delimitado básicamente por el curso del Tajo (SE-NW), el río Hoceseca (N) y la cordillera de las Muelas de Valdeminguete y de San Juan (SW-NE) se dan unas altitudes medias que rondan los 1.550 m., mientras que en sus  bordes occidental y oriental, se alcanzan en el Alto de la Campana los 1.742 m., o en el Cerro de la Modorra los 1.669 m).

Es también en el mediodía molinés donde se ubican los núcleos habitados de mayor altitud del territorio, por ejemplo, Orea (1.520 m), Motos (1.419 m), Alcoroches (1.410 m), Alustante (1.404 m), Traíd (1.373), Piqueras (1.387 m), Adobes (1.384 m), Checa (1.369 m), Chequilla (1.362 m), Terzaga (1.284), Megina (1.268 m), Pinilla (1.211). Así pues, la media de altitud es superior a los 1.300 m. en la mayor parte de este sector, mientras que las pendientes llegan a sobrepasar el 20% en las áreas de Sierra Molina y de las rochas del Tajo.

Este ámbito, debido a su riqueza natural, ha sido objeto de protección en los últimos decenios. Así, en él se encuentra el Parque Natural del Alto Tajo, el LIC de los Montes de Picaza, y el LIC de los Sabinares Rastreros de Alustante-Tordesilos. Históricamente ha sido un entorno en el que las actividades tradicionales fueron la agricultura y la ganadería, si bien con mayor productividad en esta última. Aunque en el siglo XIX hubo grandes roturaciones de dehesas y montes comunes, en dicha área todavía se encuentran extensos bosques de pinar en las variedades albar y negral, sabina albar y rastrera, robledales de quejigo y melojo (marojo) y carrascales, vistiendo montañas, quebradas, profundos valles y laderas en pendiente.

A medida que nos desplazamos hacia el norte, tanto las pendientes como las altitudes medias van descendiendo. Esta zona norte de paramera se caracteriza por poseer una altitud que no supera los 1.300 m de media, por lo que, aun tratándose de un escenario estepario y frío, posee condiciones algo más benignas que la anterior. Precisamente es en el extremo norte de la comarca donde se localiza el área más baja: el valle del Mesa, poco antes de la salida de este río a Aragón. En este tramo, uno de los puntos más bajos del Señorío es la vega de Algar, la cual, en el límite con Aragón, desciende a los 870 m.

Aquí la altitud media de los núcleos de población también es, por consiguiente, algo menor que en la unidad anterior. Castellar (1.218 m), Torrecuadrada (1.190 m), Morenilla (1.197 m), El Pedregal (1.194 m), Otilla (1.192 m), Tordelpalo (1.175 m), Torremochuela (1.169 m), Prados Redondos (1.159 m), Anchuela del Pedregal (1.158 m), Aldehuela (1.133 m), Cillas (1.126 m), Campillo de Dueñas (1.121 m), Tortuera (1.118 m), La Yunta (1.109 m), Embid (1.083 m), Milmarcos (1.067 m), Mochales (1.044 m), Villel (937 m), Algar (905 m). En esta unidad geográfica se localiza la ciudad de Molina, ubicada a 1.075 m de altitud. Se trata de un espacio, al menos hoy en día, menos arbolado que el anterior, con un régimen de lluvias de menor cuantía, mucho más dedicado tradicionalmente a una agricultura de secano, bastante más productiva esta que en el ámbito montañoso, e históricamente más rico.

Hidrografía

Una de las peculiaridades del territorio histórico de Molina es que forma parte de dos cuencas hidrográficas, la del Ebro y la del Tajo. Efectivamente, la comarca queda dividida por una cadena montañosa que se extiende desde la Sierra de Aragoncillo a la Sierra de Caldereros, cordillera en la que se alcanzan los 1.510 m del pico Señorita (Aragoncillo) y los 1.458 m del Lituero (Campillo-Castellar). Este ámbito montañoso, posee un enorme valor ecológico, y en él se han creado figuras de protección como el Monumento Natural de la Sierra de Caldereros. También esta área ha sido objeto de protección con varias figuras: los LIC/ZEPA denominados Parameras de Maranchón, Hoz del Mesa y Aragoncillo, y Lagunas y parameras del Señorío de Molina, que protege el ámbito de la Sierra de Aragoncillo.

Así pues, casi a un cincuenta por ciento la comarca histórica de Molina vierte al Atlántico y al Mediterráneo. En el sur se encuentra el nacimiento y discurso de una serie de afluentes de la margen derecha del río Tajo; son el Hoceseca, el Cabrillas, el Bullones, el Jándula, el Gallo (llamado en el pasado río de Molina), el Arandilla, y algunas ramblas como la Piqueras y el Saúco. El Tajo fue durante siglos la frontera natural entre el Señorío de Molina y la Tierra de Cuenca, de modo que hasta alcanzar el término del monasterio de Buenafuente del Sistal, aquel territorio que quedaba en la marquen derecha era del Señorío y lo que quedaba en la izquierda era de la antigua Tierra conquense.

Los cursos de agua de la cuenca molinesa del Ebro no poseen el caudal de los del sur y muchas veces son pequeños arroyos y ramblas. Con todo, algunos de ellos, como el río Mesa, nacido en Selas, son unos de los principales afluentes del Jalón. El río Mesa, por cierto, hace de frontera secular entre el Ducado de Medinaceli y el Señorío de Molina en buena parte de su curso alto. También tienen su nacimiento en esta área el río Piedra, nutrido por las Ramblas de Campillo, el Tallar y la Torre, y los arroyos de San Nicolás, del Cerezo y de la Vega.


[1] BNE 2/71290. LORENTE; Francisco. Historia panegírica de la aparición y milagros de María santísima del Tremedal. Zaragoza: Joseph Fort, 1766, p. 3.

[2] AHPGU, sign. 42761 (AG-1.256) Memoria del Monte nº 179 del Catálogo, titulado “Dehesa Cocera” perteneciente a los propios de Peralejos (Guadalajara. 1882/04/15), sf.